En primer lugar, realizamos una investigación exhaustiva para comprender a la audiencia y sus necesidades. Realizamos entrevistas con clientes, investigamos a la competencia y analizamos las tendencias del mercado. Esto nos ayuda a obtener una comprensión profunda de los problemas y oportunidades a los que se enfrenta nuestro cliente.

A partir de la información obtenida en la fase de Empatía, definimos el problema a resolver. Trabajamos con nuestro cliente para comprender sus objetivos y necesidades específicas, y definimos claramente el problema que debemos abordar.

En esta fase, exploramos diversas soluciones para el problema definido. Con la colaboración de nuestro equipo creativo y cliente, realizamos sesiones de lluvia de ideas y empleamos herramientas como mood-boards, mapas mentales y técnicas como SCAMPER para generar ideas innovadoras y prácticas. Nuestro objetivo es encontrar propuestas que sean tanto originales como efectivas.

Una vez que hemos seleccionado las mejores ideas, comenzamos a crear prototipos del proyecto para probar y refinar. Comenzamos con bocetos simples y luego los refinamos a medida que avanza el proyecto. A menudo, colaboramos con nuestro cliente para asegurarnos de que estamos en la dirección correcta.

Después de la etapa de ideación, avanzamos hacia la materialización de nuestras propuestas. Creamos versiones preliminares de nuestros conceptos para su evaluación y refinamiento. Estas propuestas iniciales nos permiten visualizar cómo se verá el producto final y nos brindan la oportunidad de realizar ajustes según sea necesario antes de avanzar al desarrollo completo del proyecto.